Aparte de las pérdidas, que superan hoy los 2.300 millones de pesos, la operación restringida en más del 95% y la escasa voluntad política para lograr una eventual reactivación, se suma un nuevo dolor de cabeza para la Terminal de Transportes de Villavicencio: el transporte ilegal.
Aunque la problemática de la oferta de viajes por tierra a través de vehículos ‘pirata’ no es nueva, a través de un comunicado, la Terminal deja entrever que es poco o nada lo que las autoridades vienen haciendo para evitarlo.
“Dentro de un centro comercial localizado diagonal a la intersección Fundadores, frente a la avenida 40 (frente a Homecenter), junto a la glorieta del anillo vial y la vía a Puerto López sector Chorillano, se viene ofreciendo servicio de transporte terrestre para diferentes municipios del Meta a través de vehículos de servicio público y/o particular, el cual es completamente ajeno a nuestra operación”, indicó el puerto terrestre.
Alto costo de los tiquetes, violación a las normas de bioseguridad con aspectos como sobrecupo y no desinfección de automotores, falta de rigurosidad para solicitar los requisitos de viaje y oferta a destinos hacia los que el transporte legal aún no tiene acceso, supuestamente para frenar los contagios de Covid-19, son algunas quejas más frecuentes conocidas por Villavicencio Día a Día.
Si bien en días pasados la Secretaría de Movilidad emitió un boletín de prensa en el cual hacía referencia al control del transporte ilegal en la ciudad, la mayoría de sancionados fueron motociclistas por prestar servicio en sectores periféricos.
En este momento el futuro de la que hasta el año pasado fue considerada una de las terminales de más importantes de Colombia, y del que dependen miles de familias vinculadas al sector transporte, hoy tiene un futuro incierto.
