Al amanecer del 30 de abril de 1945, Hitler pidió reunir a todo el cuerpo médico y se despidió de él, ante la estupefacción y sollozos de los presentes.
Recibió a Albert Speer, su ministro de armamento, quien le confesó varios desacatos respecto a sus instrucciones sobre volar fábricas y ciudades; Hitler lo despidió fríamente.
Según Junge, Hitler quedó contemplando pensativo un cuadro de Federico el Grande en su despacho y luego a continuación ordenó que el personal que no fuese indispensable abandonara el Búnker.
Hizo llamar a Otto Günsche y a Heinz Linge, sus ayudantes, y les dio estrictas instrucciones de cómo debían actuar en el momento del suicidio y qué hacer con su cuerpo y el de Eva Braun.
Günsche inició los preparativos y llamó a Erich Kempka, el chofer de Hitler, para que de inmediato subiera bidones de gasolina hacía la salida del jardín de la cancillería.
Hacia el mediodía, se reunió con sus secretarias y almorzó silenciosamente una comida basada en pastas; luego se despidió de cada una de ellas regalándole una cápsula de cianuro. Posteriormente se despidió de la familia Goebbels, sin hacer caso a las peticiones de Magda Goebbels de no cometer suicidio.
Fuente: History Channel