Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Villavicencio Día a Día.
Soy profesor de la Universidad de los Llanos hace muchos años y veo como cada día las palabras del maestro Julian de Zubiría, toman más vigencia: cuando un pueblo tiene una escasa y precaria educación no hay capacidad de lectura crítica y entonces, es fácil sacudir a las masas acudiendo a la emotividad evadiendo toda reflexión sensata; al odio (porque la guerrilla mató y secuestró NO A LOS ACUERDOS DE PAZ), a la xenofobia (porque los venezolanos nos están robando el empleo -¿cuál?- y se están comiendo parte del P.I.B. para su atención, FUERA), a los miedos ancestrales (porque la pedagogía de género va a volver a nuestros niños maricas y lesbianas NO a una educación sexual e incluyente) y así podríamos seguir ilustrándonos sobre nuestra bonita y justa sociedad.
Así que trataré de ser claro y explícito pero eso sí, por favor, abran las entendederas:
La Corte Constitucional no pasó por encima de los derechos de los niños, simplemente, despenalizó -es decir, no es razón para privar de la libertad- el consumo de una sustancia psicoactiva legal (las bebidas alcohólicas) y otra no legal (la marihuana) en espacios públicos -¿de dónde sacaron que es solo en los parques?-.
La Corte simplemente explica que estas actividades no necesariamente ponen en riesgo el entorno del espacio público.
Es obligación de las sociedades y las comunidades ejercer mecanismos de regulación no siempre a través de medidas punitivas, así que, lo que hay que hacer es empezar a EDUCAR y a ENSEÑAR cómo se ejercen los derechos propios respetando los de los demás. Solo así está sociedad pacata tiene futuro.
Entonces, hay que dejar de hacerle juego a la derecha irracional con toda esta alharaca por algo que estamos en capacidad de regular y mejor, dedicar todas esas energías a ser un país que puede modular su comportamiento.
Existen miles de ejemplos en el mundo que demuestran que eso es posible.
Muchos de los que han escrito acá al borde de la histeria por el fallo de la Corte y el futuro de sus hijos, fueron estudiantes míos, son profesionales que ejercen sus oficios cabalmente. Si ellos, que tuvieron acceso a la educación superior, en la que se supone dimos las bases para formar ciudadanos no solo profesionales sino con capacidad crítica, autónomos y capaces de hacer dobles lecturas, con capacidad de discernir, actúan de esta manera pues por supuesto que no me extraña que el 80% que a duras penas termina la educación media esté en campaña salvadora pidiendo que cierren la corte y que desaparezca el poder judicial a pesar de que es el único muro de contención que tenemos para que no vuelva el oscurantismo.
Siempre he sido respetuoso de los diversos pareceres pero si los argumentos con los que me controvertirán son puramente emocionalidades que no superan el “es que el futuro es de los niños” pues yo tendré que responder con la misma fortaleza… emociones… por ejemplo, sabe usted que no hay nada peor para los niños que el azúcar y que su futuro (su salud) está comprometido por su consumo excesivo y que alrededor de ellos en los parques todo el mundo consume cantidades excesivas de azúcar y que no necesariamente eso significa que su hijo va a ser diabético.
Seamos sensatos por favor, la Corte Constitucional de este país es probablemente lo único realmente serio que tenemos, no la ridiculicemos. Aunque no crean, nuestro futuro como país en estos tiempos oscuros depende de su existencia.