La variante Delta del virus COVID-19 está en boca de todos en el mundo y no es para menos, pues las primeras evidencias indican que tiene mayor capacidad de contagio y resistencia. Luego de ser notificada en India por primera vez en septiembre del 2020, llega a Colombia sumándose a su lista de 120 países contagiados.
Esta, que tiene una mayor capacidad de transmisión de persona a persona y que posee una carga viral 1200 veces más contagiosa que la original, exige que las personas alrededor del mundo intensifiquen las medidas de bioseguridad.
A más de un año y medio de la pandemia causada por la COVID-19, el uso del tapabocas sigue siendo indispensable, el frecuente lavado de manos, el distanciamiento social, no estar en aglomeraciones e indiscutiblemente la vacunación, hace que no continúe la propagación de esta variante que, según la OMS, amenaza con ser la forma predominante del SARS-CoV-2 en todo el planeta.
Según El Tiempo, el infectólogo Carlos Eduardo Pérez de la Universidad Nacional, asegura que “Las vacunas son la herramienta más efectiva para frenar la pandemia y no hay razón para que, al estar disponibles, la gente se rehusé a aplicarlas. De ahí que hay que analizar a profundidad todos los factores que provocan estas conductas, para contrarrestarlas de manera integral y efectiva”.
Es importante resaltar que según diversos estudios y ensayos realizados, las vacunas de las farmacéuticas Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen de Johnson & Johnson, ofrecen una protección adecuada contra la variante delta, similar a la que tienen frente a otras formas del virus.
