Según el mandatario, la vacuna rusa es “eficaz”, ha superado todas las pruebas necesarias y permite lograr una “inmunidad estable” ante la COVID-19.
Asimismo, Putin agregó que una de sus hijas participó en las pruebas y fue inoculada con la vacuna, aunque no aclaró si fue María o Yekaterina. De acuerdo con Sputnik, el mandatario contó que “después de la primera dosis, tuvo 38 de fiebre y al día siguiente tuvo 37 con pico, y ya”.
En las semanas anteriores a este anuncio, científicos extranjeros manifestaron su preocupación por la rapidez de la creación de una vacuna de este tipo, y la OMS llamó al respeto de las “líneas directrices y directivas claras” en materia de desarrollo de este producto.
“Espero que en breve podamos comenzar a producir en masa este remedio”, señaló el presidente ruso durante la reunión. Al mismo tiempo, agregó que la vacunación será voluntaria, para que “lo hagan los que así lo desean”.
Esta vacuna será distribuida el 1 de enero de 2021, según el registro nacional de medicamentos del ministerio de Salud, consultado por las agencias de prensa rusas.
Putin confió en que los países extranjeros también podrán desarrollar próximamente sus vacunas contra la COVID-19. “Espero que nuestros colegas en el extranjero también seguirán su labor y en el mercado de los fármacos y vacunas habrá más remedios que se puedan utilizar”, afirmó.