La Asamblea General de Naciones Unidas suspendió al país que preside Vladimir Putin del Consejo de Derechos Humanos por la invasión en territorio ucraniano.
Los países de la ONU decidieron este jueves suspender la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos en respuesta a los abusos que están siendo investigados en Ucrania. La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó esta medida con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.
Desde que hace dieciséis años se creó el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, sólo otro país había sido suspendido: la Libia de Muamar el Gadafi, en respuesta a la represión de las protestas de 2011, aunque meses después fue readmitida.
En el caso ruso, Estados Unidos y sus aliados argumentaron que Moscú no puede seguir participando en ese Consejo cuando está “subvirtiendo todos los principios básicos” de la ONU con su invasión de Ucrania y cometiendo supuestas atrocidades contra la población civil.
“Rusia no sólo está cometiendo violaciones de los derechos humanos, sino que está sacudiendo los cimientos de la paz y seguridad internacionales”, dijo antes de la votación el embajador ucraniano ante Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya.
El diplomático advirtió a todos los miembros que votar en contra de la iniciativa equivaldría a “apretar el gatillo” contra los civiles ucranianos y sería una muestra de indiferencia similar a la que en 1993 permitió que se cometiese un genocidio en Ruanda.
Además de Estados Unidos y la propia Ucrania, respaldaron la medida los países de la Unión Europea, naciones latinoamericanas como Argentina, Chile, Colombia, Perú o Uruguay, y otros estados como Australia, Canadá, Turquía o Noruega.
En contra votaron 24 países, entre ellos Rusia, China, Cuba, Irán, Nicaragua o Siria.
Mientras, 58 Estados optaron por la abstención, incluidos Brasil, Egipto, El Salvador, India, México, Nigeria, Pakistán o Arabia Saudí.
Aunque la posibilidad de excluir a Rusia del Consejo de Derechos Humanos se comentaba desde hace semanas, Washington decidió dar el paso tras conocerse la supuesta matanza llevada a cabo en la localidad de Bucha, cerca de Kiev, donde las autoridades ucranianas acusan a tropas rusas de matar a cientos de civiles.