El caso confirma que circulan sustancias estupefacientes al interior de esas instalaciones.
Un interno de la cárcel de Villavicencio murió este sábado al parecer por sobredosis de estupefacientes. Aunque el Inpec no ha entregado información sobre el caso, se conoció que el hombre se encontraba en la celda 7 del patio Santander.
La muerte del interno confirma la venta de alucinógenos al interior del centro penitenciario, un lugar donde se supone que no existen esas sustancias.
Se espera que el nuevo muro cuya construcción está a punto de terminar para remplazar al que estaba a punto de colapsar, impida que desde la calle sigan arrojando bolsas con marihuana o cocaína, una práctica de la que se ha escuchado insistentemente en el pasado.
Las sustancias estupefacientes al parecer son un negocio de los llamados plumas, como se conoce al interior de la cárcel a algunos líderes que imponen condiciones a los demás privados de la libertad.
La circulación de alucinógenos no es el único delito allí adentro. La extorsión y estafas a personas ingenuas se hace a través de llamadas telefónicas con simcards que solo se utilizan una vez y luego las arrojan a la alcantarilla. Hay teléfonos públicos, pero casi nadie los utiliza porque asumen que están interceptados.