El ejemplar de la familia zocay sufrió una herida en su cabeza y falleció en veterinaria en Villavicencio, a donde fue llevado por personas que lo auxiliaron.
Animalistas grabaron un video para mostrar el estado en el que hallaron al animal, el pasado viernes en un sector del barrio la Madrid, pues según se dio a conocer, varios jóvenes lo apedrearon hasta hacerlo caer de un árbol.
“Lo encontramos en una condición bastante débil; tiene una herida en el rostro en la parte de la ceja. Nosotros lo capturamos y lo llevamos a la veterinaria Tamandua”, contó en el noticiero Natalia Rojas, directora de la fundación Wilmar Barrios.
La molestia de Rojas, así como de otras mujeres defensoras de animales que se sumaron a este desagrado, tiene que ver con Cormacarena, pues según dicen esa corporación (del Meta) no atendió el caso oportunamente ni le brindó la atención médica que necesitaba.
“Algún funcionario en su momento atendió nuestro llamado, pero en cuanto a ayudarnos en el rescate o la gestión con alguna entidad; para llevar el miquito a que recibiera atención veterinaria, nosotros no recibimos el apoyo de Cormacarena, por ningún lado”, se quejó Rojas en el informativo.
Para respaldar la denuncia, las defensoras de animales difundieron fotos y videos para mostrar que el animal, según ellas, murió esperando que alguna entidad lo asistiera.
Pero Sebastián Bohórquez, especialista silvestre de corporación la Macarena, aseguró en ese medio que personal de la entidad “fue hasta el lugar, pero al llegar el animal ya había sido llevado a una veterinaria, que es un lugar en donde no deben ser recepcionados estos ejemplares”.
Y es que según dio a conocer el noticiero, Cormacarena no tiene un centro de valoración propio sino que lo contrata con el Bioparque de Los Ocarros, aunque ese acuerdo se venció en septiembre pasado.
El contrato se dio por terminado “porque los costos operativos eran superiores a lo que se venía cobrando a Cormacarena, y no era rentable para el parque”, explicó en Caracol Sara Agudelo, directora del parque.
Frente a esta delicada situación, la comunidad se mostró indignada ya que esta especie de mono se encuentra en alto grado de vulnerabilidad y en riesgo de extinción.