La iniciativa que es liderada por Cormacarena en compañía de la Secretaria de Ambiente de la Gobernación del Meta, la Alcaldía de Villavicencio y la Policía Nacional, contempla el establecimiento de puestos de control, la demolición de puntos de acceso no permitidos y la señalización de ingreso, con el fin de restringir la movilización de personas que quieran afectar este ecosistema.
La creación de un cuadrante ambiental y la instalación de cámaras de vigilancia, serán parte de las actividades que en materia de seguridad las instituciones podrán en marcha, junto a un paquete de medidas administrativas como el aumento de control a las construcciones ilegales, de tal forma que se eviten mayores daños a esta área protegida que actualmente tiene 294 hectáreas.
Urbanizaciones ilegales, venta de lotes en la zona protegida, tala indiscriminada y aumento de la actividad ganadera, hacen parte de las problemáticas que se esperan solucionar con la estrategia “Somos Kirpas”, que además contará con un componente participativo, donde a través de la educación ambiental se espera que la comunidad del sector se convierta en defensora de la fauna y flora que allí vive.
“Este es un proyecto con base social (…) donde vamos a evitar a toda costa que se siga urbanizando ilegalmente por algunos avivatos, pero vamos a proteger aquellas comunidades que quieren cuidar esta zona y entienden la importancia ecosistémica de la misma”, manifestó Andrés Felipe García Céspedes, director de Cormacarena, al finalizar la presentación del proyecto.
Con la construcción de una cerca viva de 5.500 árboles alrededor del humedal y la siembra de 50.000 más al interior del distrito de conservación, se espera no solo mejorar las condiciones del hábitat del mono Zocay, una de las especies emblemáticas de la zona; también se busca continuar con las programas establecidos en el Plan de Acción Institucional por la preservación de los bosques y la biodiversidad del departamento.