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Hambre en zona cocalera: hace 6 meses no les compran coca

Entrevista con la periodista que grabó a los cocaleros de la vereda Nueva Colombia, en Vista Hermosa.

 

“Hambre e incertidumbre en territorios cocaleros” es el título de una investigación periodística que publicaron los medios digitales El Cuarto Mosquetero y Voces del Guayabero para dar a conocer cómo viven los habitantes de la vereda Nueva Colombia, al sur del Meta (municipio de Vista Hermosa), donde la mayor parte de las compras se hacen con gramos de pasta de coca. El dinero efectivo poco se ve. El problema es que desde hace 6 meses no les compran coca picada ni pasta.

Lina Álvarez, directora del Cuarto Mosquetero, respondió preguntas de Villavicencio Día a Día:

El informe dice que no les están comprando hoja de coca, pero muestra personas recogiendo hoja de coca… ¿por qué recogen si no hay a quién venderle?

“Porque son cultivos que vienen de hace varios meses. Ellos cogen la coca, la transforman en pasta y lo que pasa es que es un producto no perecedero, así que la guardan y esperan que en algún momento les compren. Hace 6 meses no les compran y ellos están en condiciones precarias. Hay productos de la canasta básica familiar que ya no se consiguen en Nueva Colombia”.

¿Cómo se llega a Nueva Colombia?

“Tuvimos que ir en bus hasta San José del Guaviare. Desde allí hay camperos que van hasta Puerto Nuevo. Tardan aproximadamente 4 horas en verano. En invierno puede demorar más el viaje si el campero se queda enterrado en el barro. En Puerto Nuevo hay que pagarle a un canoero para ir hasta la vereda Nueva Colombia. Y para ir a los cultivos de coca toca en moto”.

¿Es junto al río Guayabero?

«Sí. Son más o menos 40 minutos en canoa desde Puerto Nuevo hasta Nueva Colombia. En verano las canoas se pueden voltear. En invierno se puede avanzar más rápido”.

¿Cómo manejan el riesgo por la presencia de las Farc?

“En los últimos años hemos tenido la oportunidad de trabajar al sur del Meta y parte del Guaviare. Hemos tenido la fortuna de hacer nuestro trabajo muy de la mano de las comunidades. No ingresamos a ningún territorio (incluso a veces pasa en Villavicencio) sin tener un contacto previo con la comunidad, que la comunidad nos esté esperando y sepa del trabajo que vamos a adelantar. Además, tenemos una comunicación enfocada a los derechos humanos, una comunicación participativa. Puede parecer complicado porque hay prejuicios, estigmatización hacia el campesinado”.

¿Qué objetivo tiene esta investigación?

“Sensibilizar y mostrar la realidad del campesinado. Desde el privilegio que tenemos en la ciudad puede ser fácil juzgar. Los miran como ‘los otros’. Falta entender que también son seres humanos, con derechos, por ejemplo derecho a la inversión social”.