Desde que Rusia invadió Ucrania se han desatado una serie de repercusiones políticas, sociales y, por supuesto, económicas, que ya comienzan a tocar el bolsillo de los hogares en América Latina.
Según el balance del Fondo Monetario Internacional (FMI), la guerra en Ucrania significó “un duro golpe” a la economía mundial, que aceleraría la inflación en Latinoamérica por el aumento de los precios de los alimentos y de la energía.
“Más allá del sufrimiento y la crisis humanitaria de la invasión rusa en Ucrania, toda la economía mundial sentirá los efectos de un crecimiento más lento y una inflación más rápida”, comunicó el FMI en un documento difundido en Washington.
De acuerdo con el FMI, el aumento de los precios ya se empezó a notar en la región por los elevados costos de algunas materias primas, como el petróleo y el gas natural exportados por Rusia y Ucrania.
Además, los precios de algunos alimentos también han subido al dispararse el precio del trigo. De hecho, Rusia y Ucrania representan el 30% de las exportaciones mundiales de este cereal.
Así las cosas, el Fondo Monetario Internacional ve muy probable que los altos precios aceleren significativamente la inflación en América Latina y el Caribe, más cuando la región registra una tasa anual promedio del 7,1%.