Durante la audiencia virtual de imputación de cargos, Álex Fernández Harding (abogado de Vives) le comentó a la jueza que su cliente estaba a punto de ser trasladado a una clínica psiquiátrica de Santa Marta, detalló El Heraldo.
Si bien la jueza negó el pedido (que pareció más un simple aviso) y anunció que iba a ir hasta el hospital para impedir el traslado, Vives salió en ambulancia escoltada por la Policía y se internó en el centro médico psiquiátrico, agregó ese periódico.
Una vez se efectuó el traslado, la jueza les pidió explicaciones a la Policía y la Fiscalía por negarse a seguir sus órdenes y permitir que Vives se fuera del hospital en el que se había internado inicialmente luego de la muerte de los 6 jóvenes, añadió ese medio.
“Fiscal, queremos una explicación, porque desde ese traslado es que se han venido presentado todos estos contratiempos para llevar a cabo las audiencias”, manifestó la jueza, según ese rotativo.
La Fiscalía, citada por ese diario, se excusó diciendo que el traslado de Vives se hizo a espaldas de sus funcionarios.
Por su parte, la Policía emitió un comunicado en el que explica por qué escoltó la ambulancia del traslado sin chistar.
“La Policía Metropolitana de Santa Marta confirma que el señor Enrique Vives Caballero continúa en calidad de capturado bajo custodia de esta institución en un centro psiquiátrico por disposición del médico tratante con el fin de salvaguardar la integridad del mismo. El capturado seguirá en custodia de la Policía Nacional hasta que se resuelva su situación jurídica”, resalta la misiva, difundida por Caracol Radio.
La estrategia usada por Vives para eludir su responsabilidad en el atropellamiento y posterior muerte de 6 jóvenes no es nueva.
Analistas jurídicos detallan que este caso recuerda el del aberrante crimen de la niña Yuliana Samboní, en el cual Rafael Uribe Noguera (condenado por el asesinato) empleó esa estrategia de internarse en varios centros médicos para intentar eludir sus responsabilidades ante la justicia.