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El tratamiento de presos con covid-19 tiene hoy en serios aprietos a las autoridades en Villavicencio


Fugas, indisciplina, intentos de robo, entre otros, son solo algunos de los dolores de cabeza que han tenido que lidiar los responsables de los internos de la cárcel de Villavicencio que resultaron contagiados con coronavirus, y que requieren atención externa.

Estas conductas, como si fuera poco, vienen generando en los últimos días un problema aún mayor: nadie los quiere recibir y además los pocos sitios donde los pueden albergar con las condiciones de seguridad están ocupados.

“No hay posibilidad de que nos arrienden (algún espacio para los internos), el gobernador había ofertado un hotel, pero no quisieron rentarlo para este tipo de población, es la mayor dificultad que tienen ambas administraciones, ha sido muy complejo”, indicó hoy la secretaria de Gobierno de Villavicencio, Andrea Lizcano.

De hecho, se está optando porque quienes salgan del penal sean recibidos por sus familiares, ya que según la funcionaria el 90% del tratamiento de los contagiados se viene manejando en casa.

El CP3 en el barrio San Isidro (con internos en aislamiento) y el centro de responsabilidad penal para menores en El Yarí (con adultos mayores en tratamiento) no cuentan con cupos disponibles.