El papa Francisco anunció recortes de salarios para los cardenales y los sacerdotes como una de las estrategias para hacer frente a la crisis económica por la que atraviesa el Vaticano a raíz del covid-19.
Los anuncios se hicieron en la carta apostólica ‘Motu Propio’, emitida este miércoles.
Allí se indica que a partir del 1 de abril se recortará un 10 % el salario de los cardenales, un 8 % el de los jefes y secretarios de dicasterios (ministerios) y un 3 % el de los clérigos y religiosos.
También se bloquearán por dos años los aumentos de rsalario por antigüedad para todos los empleados de nivel 4 del escalafón en adelante.
El documento indica que todo se hace para lograr «un futuro económicamente sostenible» y que la decisión se toma por el «déficit que desde hace varios años marca la gestión económica de la Santa Sede» y sobre todo por la situación generada por la pandemia, «que ha afectado negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano».
Se calcula que las donaciones han caído en un 25 % y que la pérdida de ingresos en los Museos Vaticanos asciende al 85 %. Además, el Vaticano tuvo que hacer rebajas en los arriendos de sus locales.
AFP indica que «la curia romana, la administración central de la iglesia católica, que agrupa a 60 entidades al servicio del papa, registró un agujero «del orden de los 90 millones de euros» (108 millones de dólares), en sus cuentas del 2020, frente a un déficit de 11 millones de euros (13 millones de dólares) en 2019″.
El objetivo, al parecer, es evitar despidos a través de este primer recorte de gastos pensado bajo «criterios de proporcionalidad y progresividad». Actualmente, el Vaticano emplea a casi 5.000 personas.
