El contagio se dio por la falta de precauciones del personal sanitario en Rumania.
Diez recién nacidos dieron positivo al COVID-19 en una sala maternidad en Timisoara, oeste rumano, después de haber sido contaminados por personal sanitario, lo que llevó al ministerio de Salud a iniciar una investigación.
«Las madres son negativas, los bebés son positivos», declaró el ministro de Sanidad Nelu Tataru, subrayando que los bebés habían estado «en contacto con el personal médico».
Los recién nacidos gozan de buena salud y no presentan síntomas. Nueve de ellos y sus madres abandonaron el centro de salud y fueron aislados en sus hogares.
El ministro, que afirmó que en los próximos días se les realizará a todos una nueva prueba de detección del virus, señaló los «fallos en la actividad, tanto de los responsables de la maternidad como de la dirección local de salud pública».
«Desde hace dos días siento que vivo en una película de terror», confió una de las madres.
«El personal no llevaba máscaras. El miércoles nos enteramos de que había un caso de coronavirus. El jueves, el hospital fue desinfectado con nosotros dentro», agregó.
El lugar estuvo en cuarentena unas 12 horas el 31 de marzo, pero reabrió al día siguiente porque las autoridades sanitarias locales consideraron que no había «ningún riesgo de contaminación para los pacientes y los médicos».
Rumania ha registrado algo más de 4.000 casos de coronavirus y 176 fallecimientos.