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Denuncian que el Esmad estaría cumpliendo «cuota» de manifestantes detenidos

En el marco de las movilizaciones del paro nacional que se han producido en el país en los últimos días, se conoció una denuncia sobre una serie de irregularidades ocurridas en torno a la detención de un grupo de jóvenes al interior del Palacio de Justicia de Bogotá por parte de agentes de la Policía Nacional y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).

A través de un video publicado en su cuenta de Facebook, Andrés Leguizamón, quien trabaja para el diario El Tiempo, dio a conocer detalles de los hechos ocurridos el pasado 23 de noviembre en horas de la tarde, mientras él y un grupo de personas protestaban pacíficamente en la Plaza de Bolívar.

Otro de los involucrados, Eynner Ladino, también hizo pública la denuncia a través de su cuenta de Twitter.

En diálogo con una emisora, Leguizamón relata que hacia las 2:30 de la tarde, él y un grupo de personas llegaron a la Plaza de Bolívar por el costado sur para ejercer su derecho a la protesta. Además, precisa que debido a que la fuerza pública se encontraba deteniendo a los manifestantes que transitaban por la carrera Séptima desde el Parque Nacional, pudieron entrar con mucha facilidad al lugar. Así, mientras se encontraba frente a la Catedral Primada, fue testigo de cómo dos personas eran golpeadas y arrastradas hacia el Palacio de Justicia.

El denunciante relata que, aunque él y su grupo no estaban provocando ninguna alteración de orden público, alrededor de quince oficiales de Policía con armadura y un agente del Esmad –que parecía estar al mando de la operación– salieron del Palacio de Justicia y les exigieron que se retiraran de la Plaza de Bolívar. A pesar de insistir que no tenían por qué retirarse y, finalmente, optar por abandonar el lugar al verse rodeados, el agente del Esmad tomó por la fuerza al comunicador y mientras lo conduce al Palacio de Justicia, se le oye decir a los demás agentes que tienen que “llevarse entre nueve y quince más”.

En ese momento, según contó Leguizamón a este medio, la instrucción de los agentes de la fuerza pública cambia: la directriz pasó de estar orientada a sacarlos del lugar para ser la de retener particulares. De esta manera y a pesar de identificarse como empleado de El Tiempo con el fin de salvaguardar su identidad, es conducido al interior del Palacio de Justicia.

“Yo no estaba allá (en la protesta) en plan de cubrimiento periodístico o por trabajo, solo estaba ejerciendo mi derecho a la protesta (…) utilicé mi identificación para hacer valer mi integridad. Tengo la impresión de que sí hubo un cambio de actitud hacia nosotros (al identificarse), muchos de los que estaban con nosotros se dieron cuenta de que tengo el carnet del medio, me miran y toman una actitud distante, más prudente. Eso no quita que, aun así, nos estaban amedrentando”, explicó Leguizamón a una emisora.

Al del Palacio de Justicia, los agentes de la fuerza pública, que eran alrededor de 15 en un principio, los obligaron a sentarse en el suelo junto a un muro bajo para que no fueran vistos desde afuera y a agredirlos verbalmente gritándoles “vándalos” y reiterando que “no tenían derecho a nada”. Posteriormente, una oficial de la Policía anuncia que ya había “llegado el camión”, tras lo cual los detenidos son dispuestos en fila india y se les ordena despojarse de sus cordones y correas.

Al salir del Palacio, cuando ya había alrededor de 50 agentes de la fuerza pública, el denunciante relata que los agentes del Esmad habían formado una especie de “calle de honor” con sus escudos de camino al camión. “No puedo decir que (lo hacían) por protección, porque afuera no había nadie. Da la impresión de que nos estaban escondiendo con los escudos”, indica Leguizamón.

Tras ingresar al furgón, donde cada policía custodiaba a cada detenido, el vehículo fue tapado en su totalidad, bajando la tolda y dejando a sus ocupantes a oscuras. “No sabemos hacia dónde nos llevan. Incluso uno de ellos decía que, si nos hubieran cogido haciendo otra cosa, como pegándole a un policía, nos hubieran dado una ‘muenda’ hasta matarnos”.

En el camión, las personas detenidas fueron conducidas hasta el CAI de La Candelaria en el barrio Las Cruces. Allí los jóvenes fueron requisados y el comunicador es testigo de cómo uno de los detenidos es golpeado brutalmente por los agentes.

“A un muchacho que tenía bicarbonato en la cara, mientras le hacían la requisa, le preguntan qué es eso. Este responde que es bicarbonato para protegerse del gas (y) en ese momento, entre cinco policías, comienzan a ejercer presión y pegarle. Le mandan bolilazos, cachetadas y lo empujan contra la pared. En ese momento, otro policía grita ‘¡viva la dictadura!’. Intenté mirar qué estaba pasando y otro policía me pegó una cachetada, diciéndome ‘qué es lo que ve’”, relata el testigo.