Un recorrido por más de 60 estudios realizados en diferentes partes del mundo aseguró que el castigo físico puede empeorar el comportamiento de los niños.
Los castigos físicos hacia los menores no solo afectan su comportamiento, sino que además dificultan su desarrollo y bienestar emocional. Esto fue determinado después de una revisión de 69 investigaciones por cuenta de la profesora de la Universidad de Texas, Elizabeth Gershoff y su equipo.
La investigación fue publicada en la revista Lancet y detalla que hay una evidencia clara de que el castigo físico empeora el comportamiento de los niños.
Además, la investigación explica que para poder medir el impacto de los castigos físicos más comunes fue necesario excluir los más duros calificándolos como abuso infantil. Por su parte, los resultados arrojaron que castigos como las palmadas o nalgadas, aumentaron el comportamiento agresivo de los niños.