El Covid-19 golpea duramente al clero italiano, el cual vive un momento especialmente difícil ya que representa más del 1% de las víctimas de esta enfermedad. En otras naciones también los religiosos registran altos niveles de fallecidos
Los sacerdotes italianos representan más del 1% de las víctimas de coronavirus en Italia, una enorme y reveladora proporción de los riesgos asumidos por los sacerdotes que entran en contacto con los enfermos y continúan asegurando, en los cementerios, la bendición de los difuntos, porque no pueden, por ahora, presidir las ceremonias en las iglesias. En estas cifras no entran las monjas fallecidas por lo cual es más alto el porcentajes de miembros de la Iglesia católica.
El clero italiano vive un momento especialmente difícil, sobre todo en la diócesis de Bérgamo, una ciudad de Lombardía que se ha convertido en el epicentro de esta pandemia que ha trastornado la vida de 60 millones de italianos. Para el 26 de marzo, de 69 sacerdotes fallecidos, 23 están en esta diócesis.
En todo el país, las comunidades cristianas están perdiendo pastores que se habían puesto al servicio de los más pobres. Sacerdotes ancianos y jubilados, pero también párrocos, capellanes de prisiones y responsables de la atención pastoral de los migrantes han sido afectados por el virus. Un ejemplo es Angelo Moreschi, Vicario Apostólico de Gambela en Etiopía, quien murió el 25 de marzo en Brescia.