El pasado 3 de abril, el Servicio Informativo de Caracol Radio publicó la noticia de la suspensión de 19 sacerdotes de la Arquidiócesis de Villavicencio, por una investigación sobre presuntos abusos sexuales. En el seguimiento a esta historia encontramos que no son 19 sino 36 los sacerdotes involucrados en esta historia que ha sacudido a la capital del Meta.
Todo comenzó con la denuncia de Pedro*. Después de varios intentos fallidos, pudo contar que desde sus 13 años comenzó a ser víctima de abuso sexual por parte de sacerdotes de la Arquidiócesis de Villavicencio.
El perfil de la víctima repite tres patrones muy comunes en el abuso sexual clerical: la víctima es muy pobre, proviene de una familia disfuncional y es varón.
La Fiscalía, que recibió la denuncia hace un mes, investiga a estos sacerdotes por inducción a la prostitución, pero en el relato de Pedro, según abogados consultados, se tipifican los delitos de abuso sexual con menor de edad, abuso sexual, abuso sexual con persona en estado de indefensión y concierto para delinquir.
Pedro conoció al primer sacerdote a sus 13 años, este lo vio vulnerable y a cambio de mercados, ropa y dinero comenzó a abusarlo sexualmente. Cuando, al parecer, ‘se cansó’ de Pedro le pidió que le llevara un casete a otro sacerdote. Se repetía la misma historia, el cura estaba un tiempo con el muchacho, conocía a otro y se lo enviaba a otro sacerdote con alguna otra excusa. Así le pasó desde sus 13 años hasta su vida adulta.
Pedro nunca disfrutó estos abusos: los curas identificaron la pobreza extrema y la soledad de un menor de edad para abusar de él sistemáticamente, pagando y silenciando sus abusos con mercados, ropa, paseos y dinero, todo proveniente de las finanzas de las parroquias de Villavicencio, según su denuncia. En su relato, también menciona que había decenas de niños y adolescentes que estos sacerdotes se intercambiaban. Algunos, con el pasar del tiempo, se convirtieron en parejas estables de sacerdotes y eran presentados ante la comunidad como primos, sobrinos o ahijados.
Los encuentros, tanto con Pedro como con los otros jóvenes, siempre ocurrían en los despachos parroquiales, en los carros de los sacerdotes o de la parroquia, en hoteles de la ciudad, en otros municipios y hasta en uno de los templos. “Uno de los curas disfrutaba el sexo en su templo parroquial”, dice la denuncia. También, que algunos sacerdotes tenían prácticas de sexo en grupo con menores y adolescentes y uso de alcohol y drogas. La casa cural del barrio Manantial, en Villavicencio, fue por mucho tiempo el sitio de encuentro de sacerdotes con menores y adolescentes.
La primera vez que Pedro contó su historia, lo hizo brevemente ante un comité que instauró el señor arzobispo de Villavicencio, monseñor Óscar Urbina. De ahí salieron los primeros 19 nombres que se entregaron. Los otros 17 salen del relato que posteriormente Pedro le entregó a la Fiscalía.
Estos son los 36 sacerdotes involucrados en la denuncia. Los primeros 22 ya fueron suspendidos por sus superiores:
1. Édgar Antonio Bolaño Pérez
2. Rafael Julio Cárdenas Palencia
3. Silvio Ignacio Pardo Beltrán
4. José Guillermo Sánchez Martínez
5. Fernando Rodríguez Lozano
6. José Germán Ortiz Castaño
7. Alcides Ruíz Granada
8. Cristóbal de Jesús Puerta Hernández
9. Luis Carlos Escobar Muñoz
10. Wilson Alirio Sandoval Niño
11. Ignacio Silva Córdoba
12. Juan Rafael Alvira
13. José Ramón Sánchez
14. Luis Fernando Castrillón
15. Carlos Julio Beltrán
16. Wilson Xavier Andrade
17. Ricardo Calderón Sánchez
18. Reinaldo Triana
19. Oscar Yesid Mora Parrado, de la Diócesis de Dallas, Estados Unidos.
20. Luis Albeiro Tamayo Giraldo, de San José del Guaviare,
21. Roberto Luis Ochoa Agudelo, de San José del Guaviare
22. Fray Juan Alberto Morantes Urbina, franciscano
23. Jorge Augusto Báez
24. Fernando Moreno
25. Hernando Tovar Olaya, presidente del Tribunal Eclesiástico de Villavicencio
26. Arnulfo Vega Rodríguez, quien además es juez de la República y el año pasado fue condenado por el Tribunal Superior de Villavicencio por falsedad ideológica en documento público, a 7 años de prisión domiciliaria.
27. José Ignacio Galeano
28. León Alfonso Salazar
29. José Antonio Aya Hurtado
30. Jaime García
31. Jorge Luis Portilla Pantoja, franciscano.
32. Orlando Castro González, monfortiano
La denuncia involucra a 4 sacerdotes ya fallecidos, dos de ellos fueron asesinados y los otros dos murieron en extrañas circunstancias. El relato de Pedro indica que los abusos iniciaron con estos cuatro curas, que, aunque ya están muertos, serían los protagonistas más importantes de esta denuncia.
33. Javier Guillén Urrego
34. Carlos Antonio Duque Tabares
35. Oscar Danilo Cardozo Ossa
36. Jhony Ramos Barbudo
Otro protagonista de esta historia es monseñor Óscar Urbina, quien además de ser el arzobispo de Villavicencio es el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana. Este lunes de Pascua, la Fiscalía de Villavicencio llegó por sorpresa a las oficinas de la Arquidiócesis de esa ciudad e incautó el Archivo Secreto, en el que reposan la trayectoria y las denuncias contra los sacerdotes de esa arquidiócesis.
Si bien monseñor Urbina suspendió a los sacerdotes desde el derecho canónico, la denuncia llegó a oídos de la directora de la Fiscalía de Villavicencio por otro camino. La Fiscalía, incluso, le pidió información a la arquidiócesis sobre todos los sacerdotes y recibió una negativa por parte del arzobispo, de ahí la visita sorpresa.
En la misma diligencia de ayer en las oficinas de la arquidiócesis, monseñor Urbina tuvo su primer acercamiento con la Fiscalía, en el que le informaron sobre los otros sacerdotes que no están en su lista.
* El nombre del denunciante fue cambiado, por su seguridad.