Eso, según un estudio realizado por la Corporación Interactuar para conocer el impacto del cese de actividades durante el confinamiento por la COVID-19.
Los datos de la encuesta indican también que el 65,7 % de esas compañías se quedaron sin efectivo para financiar su operación y que el 53 % presentó una disminución en sus ventas superior al 50 %.
“Los resultados nos muestran que la microempresa sigue siendo muy vulnerable y que esta pandemia la ha afectado considerablemente”, expresó a Efe el director ejecutivo de Interactuar, Fabio Andrés Montoya.
Afirmó que esperan que los empresarios que tuvieron que cerrar definitivamente sus negocios “se pueden reactivar rápido”, pero advirtió que estos quedarán con dificultades, entre ellas el acceso a créditos, y necesitarán de un acompañamiento especial.
Pese a que un número importante de emprendedores dijo estar en “situación de quiebra”, el directivo consideró que algunas variables están mejorando en el país, de acuerdo con la medición que realizaron en agosto.
En esa línea destacó que hay “un 58 % de las microempresas activas frente a un 36 % que veíamos en el mes de mayo”, por lo que interpreta que las compañías “se están reactivando, tienen acceso al mercado y están vendiendo un poco más”.
Interactuar, que integra el Centro de Estudios de la Empresa Micro (CEM) junto a la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, la Cámara de Comercio Aburrá Sur, Proantioquia, Comfama y la Fundación FGA Fondo de Garantías, apoya la creación de microempresas en más de 200 municipios del país y atiende a más 55.000 empresarios con capacitación y financiación.
Entre otras cifras, la encuesta reveló que las empresas que generaban más de dos empleos tuvieron que reducir su fuerza laboral en un 44 %, en tanto que el 60 % de los empresarios señaló que requiere mayor acceso a la financiación.
“Esa es una cantidad de empleos importante”, acotó Montoya, quien se mostró preocupado por los cesantes.
Para él, en medio de la reactivación de la economía que experimenta Colombia “sigue habiendo mucha población desempleada”, y opinó que la microempresa puede ser “un mecanismo para obtener ingresos o un empleo de emergencia”.
Montoya, además, indicó que urge crear estrategias para reactivar el empleo en la microempresa y para que los cesantes puedan emprender.
Apuntó que el estudio permitió identificar a los empresarios más vulnerables ante la crisis y detectar los riesgos más grandes, así como establecer estrategias para continuar con el acompañamiento durante su proceso de reactivación económica.
El 89 % del tejido empresarial en Colombia está constituido por microempresas; antes de la pandemia, este tipo de negocios ocupaba a 14.5 millones de personas, según el CEM.
Por otro lado, el estudio mostró que el 57,9 % de las empresas ha incursionado en la economía digital y el 73,2 % ha realizado implementaciones para acceder al mercado, mientras que el 62% mejoró su capacidad operativa y 59 % de los empresarios es optimista con respecto a los resultados para el fin de año.
En ese grupo con sensaciones positivas está Nelson David Londoño, quien transformó durante la parálisis por el coronavirus su empresa de bordados y tejidos con la inclusión de servicios que le permitieron llegar a nuevos clientes y explorar otros nichos de mercado.
“La pandemia fue una oportunidad; nos dio un empuje para hacer nuevos proyectos”, dijo a Efe el propietario de Soluctex, quien complementó la oferta y ahora fabrica dotaciones empresariales y realiza sublimación en el municipio del Carmen de Viboral.
Con el cierre por cuarentena, según relató, miró en otras direcciones, probó haciendo mascarillas y buscó la manera de reinventarse cuando sus ventas bajaron.
“Muchos de nuestros clientes tiraron la toalla y empezaron a cerrar definitivamente porque no pudieron sostenerse”, contó el emprendedor.
Ante esa dificultad y tras una década trabajando bordados con la maquinaria que adquirió con la financiación de Interactuar, a Londoño le surgió la idea de confeccionar dotaciones empresariales y uniformes médicos, además de abrir un local para surtir con sus propias creaciones.
“No podíamos vivir únicamente de los mismos clientes. Con la pandemia decidimos abrirnos al público y prestar otros servicios”, apostilló el innovador.